Revertir la despoblación: la crisis como oportunidad de un renacimiento rural
Así se ha puesto de manifiesto en el seminario internacional sobre despoblación organizado por la Cátedra Prospect 2030 y la Cátedra Avant, de la Universitat de València
La crisis por la pandemia de coronavirus puede ser una oportunidad para revertir tendencias de despoblación en dirección hacia un nuevo "renacimiento rural", en la línea de experiencias de éxito como las llevadas a cabo en Estados Unidos o Escocia, pero también en Asturias, Cáceres o Albacete.
Así se ha puesto de manifiesto en el seminario
internacional sobre despoblación organizado por la Cátedra Prospect 2030 y la
Cátedra Avant, de la Universitat de València, que ha permitido conocer
perspectivas internacionales, nacionales, regionales y locales que revelan
distintos enfoques y ritmos en las políticas sobre despoblación, una cuestión
ya común a la mayoría de los países desarrollados
"Se trata de ver y hacer atractivo lo
rural", ha explicado a EFE el director de la Cátedra Prospect, Juan
Romero, quien aboga por nuevas políticas en esta materia a partir de los buenos
diagnósticos disponibles, como los expuestos en el seminario desde la Comunitat
Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha.
Adaptarlos al nuevo contexto cultural y territorial
que ha originado la pandemia, junto a políticas públicas comprometidas y a
largo plazo, ha sido una de las vías apuntadas en el seminario, en el que
también se ha evidencia la resiliencia rural en tiempos de crisis a través de la
innovación social.
EXPERIENCIAS
INTERNACIONALES
En el seminario se han podido escuchar desde Estados
Unidos algunos rasgos de "una larga historia de políticas dirigidas a
atraer a residentes a las áreas rurales", incluidos los recientes
programas que de nuevo dan tierra a los colonos y recurren a la inmigración
como fuente de posibles residentes rurales.
Desde la agencia escocesa Highland and Islands
Enterprise se ha expuesto que hace 50 años se dieron cuenta de que "algo
tenía que cambiar y cambió" en la región noroccidental de Gran Bretaña,
donde en unos años han conseguido doblar notablemente al alza la curva de
población, invirtiendo la tendencia decreciente de casi un siglo.
Otras experiencias, como la de los Países Bajos o
Portugal, han reflejado un abordaje más tardío del problema desde las políticas
públicas, de modo parecido a lo sucedido en España, y se han podido conocer
también ópticas bien distintas, como la de Japón o las de Hungría y Polonia.
EXPERIENCIAS
ESPAÑOLAS
También se ha hablado de experiencias locales
españolas, como los casos de Moal (Asturias), Pescueza (Cáceres), Atierda
(Zaragoza) o la Sierra del Segura (Albacete), que constituyen un exponente del
capital social emergente en zonas en despoblación o de baja densidad, con
nuevas formas de satisfacer las necesidades sociales no cubiertas adecuadamente
por el mercado.
Estas áreas constituyen además un "reservorio
de inteligencia territorial" que debe ser aprovechado para impulsar
políticas que propicien su desarrollo, y evidencian una "competitividad
territorial" capaz de hacer sostenibles los procesos de desarrollo social,
económico y de valorización del entorno y el medio ambiente, ha indicado el
director del seminario, Javier Esparcia.
En la Comunitat Valenciana, la Generalitat ha elaborado
un Plan Estratégico Valenciano Antidespoblamiento que pone el acento en el
valor colectivo que cobra la agenda rural en el momento actual, en difícil
equilibrio con la pujanza económica del litoral, según expuso el president Ximo
Puig.
HOJA DE RUTA
Tanto las experiencias internacionales como
nacionales expuestas en torno a la despoblación han subrayado los problemas a
los que se enfrenta el medio rural: servicios sociales, transporte, servicios
financieros, digitalización, vivienda, jóvenes, formación, promoción económica,
cooperación público-privada, perspectiva de género o envejecimiento.
Sobre esta base, Romero ha apuntado que las hojas de
ruta de las políticas públicas han de superar las "listas de medidas"
que tradicionalmente han tratado de dar respuesta a las demandas rurales, y han
de enfocarse a resolver los problemas de gobernanza detectados.
Impulsar leyes y reglamentos que permitan mejorar la
cooperación y la colaboración tanto vertical como horizontal a distintos
niveles es una de las medidas apuntadas, así como adaptar la normativa a las
peculiaridades de las áreas de baja densidad para "evitar
estrangulamientos y facilitar las actividades rurales sostenibles".
También se ha incidido en apostar por la
transversalidad sectorial de las políticas públicas, que están coordinadas de
manera insuficiente, y en "repensar" un modelo con Administraciones
"excesivamente verticales, rígidas y compartimentadas".
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