Localizan un halcón peregrino nórdico en el río Mijares
El Servicio de Guardería Rural del Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares (Castellón), administrado por los ayuntamientos de Vila-real, Burriana, Almassora, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana, ha avistado un ejemplar de halcón peregrino (Falco peregrinus) de la subespecie ártica calidus posado sobre unas piedras en la playa de las Golas, específicamente frente a la Gola sur.
Durante aproximadamente una hora, la Guardería Rural
observó el comportamiento de esta rapaz. Uno de los momentos más interesantes
fue cuando el ave regurgitó tres egagrópilas, bolas formadas por restos de
alimentos no digeridos que algunas aves carnívoras como los halcones peregrinos
expulsan.
La presencia de este halcón peregrino proveniente
del frío es una noticia «excelente» para la biodiversidad del paisaje fluvial
protegido, sumándose a la diversidad de especies de aves presentes en la zona
húmeda, según informa el Consorcio Río Mijares en un comunicado.
Los halcones peregrinos se distribuyen por todos los
continentes, excepto la Antártida, y están presentes en gran parte del
continente europeo. Las aves migratorias del norte de Europa son un encanto
adicional que se puede encontrar en invierno en los paisajes de la franja
mediterránea.
Durante los meses más fríos del año, la población de
halcones peregrinos residentes en la Península Ibérica se ve incrementada por
la llegada de ejemplares nórdicos que huyen del frío ártico. En España, el
halcón peregrino es una especie residente, con dos subespecies presentes
durante todo el año: la brookei y la nominal peregrinus.
No obstante, en otoño e invierno, se suman a los
residentes otros ejemplares que han recorrido miles de kilómetros para llegar
hasta el Mediterráneo, procedentes de lugares tan lejanos como Noruega, Suecia,
Finlandia y el norte de Rusia. Un estudio publicado en la revista científica
Ornis Hungarica describe las largas rutas migratorias de halcones peregrinos de
la subespecie calidus, que recorren distancias entre 3.557 y 8.114 kilómetros y
tardan entre 14 y 61 días en completar la migración postnupcial. Estas aves
pasan el invierno en lugares tan distantes como el sur de Portugal, Irán y
Sudán.
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