El interior de Castellón se reinventa para atraer nuevos pobladores

 

Villanueva de Viver, Azuébar y El Toro, en la provincia de Castellón, han ideado estrategias para atraer a nuevos "pobladores rurales" que puedan hacer frente a la despoblación bajo las premisas de la creación de una comunidad, la apuesta por la sostenibilidad y la garantía de un futuro en el pueblo.

Villanueva de Viver ha conseguido una de las cifras más llamativas al pasar de 61 habitantes en 2019 hasta 122 en 2023.

Para su alcaldesa, María Amparo Pérez, la fórmula tiene que ver con siete ideas de gobernanza municipal para salir de la “despoblación” que han funcionado en esta localidad de la comarca del Alto Mijares. Pérez ha explicado que esta fórmula aprovecha la tendencia de los “nuevos nómadas trabajadores” que los considera los nuevos “pobladores rurales”.

También se ha apostado en este municipio por la puesta en valor del patrimonio material e inmaterial con un proyecto de tres años llamado “Nuestros orígenes” y por implicar a los vecinos en los proyectos “por y para Villanueva” con ideas de los vecinos que se “relanzan entre todos”.

Además este movimiento de comunidad se extiende con iniciativas como el Club Santa Bárbara, que nace de la Asociación de Jubilados para crear un espacio saludable y amigable para todas las edades con fiestas tradicionales, senderismo, “escoleta” de vacaciones, descuentos en la piscina, menús especiales o productos saludables de panadería.

Se ha apostado además por recuperar la economía de proximidad, la recuperación de huertas, la creación de la comunidad de regantes, el impulso a una cooperativa con la marca registrada “Villanueva de Viver” -incluida ya en la marca Castelló Ruta de Sabor- o iniciar un nuevo concepto de economía local alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el “real food” (comida real) y los mercados locales, todo bajo la premisa de la sostenibilidad y medios de vida prósperos y duraderos.

Y con premisas como que se rompa la asociación de rural con viejo y ayudas a la vivienda para revitalizar todas las viviendas municipales y ayudas para “poner casas en marcha”. Se ha puesto un parque de viviendas de calidad y “nuestro pueblo está siempre lleno con beneficios encadenados para todos”.

En el caso de Azuébar, han conseguido cuadruplicar el número de alumnos de su escuela en los últimos años tras asumir la financiación del comedor escolar.

Su alcaldesa, Jessica Miravete, ha explicado que esta población del Alto Palancia llegó a tener solo dos matrículas en su centro educativo y se propuso, por ello, el cierre desde la dirección.

Sin embargo la alcaldesa se resistía a este cierre porque “el colegio es una garantía de vida para un pueblo como el nuestro”.

Este municipio de 318 habitantes costeó con los recursos municipales el comedor escolar ya que la Generalitat “no lo costeaba al no llegar al mínimo del alumnado establecido”.

Hoy, “hemos llenado de vida el pueblo y frente a un escenario que podía haber conllevado la pérdida de familias y tenemos hasta una veintena de niños que han llenado nuestras calles y nuestro colegio”.

Otros municipios como El Toro, en el Alto Palancia ofrece 100 euros mensuales a las familias que quieran establecerse en el municipio por cada niño en edad escolar de hasta 12 años con el objetivo de mantener su escuela abierta.

El teniente de alcalde de la localidad, José Arenes, ha explicado a EFE que además se ofrece vivienda durante un año “para ayudar a establecerse a las familias y que busquen aquí su modo de vida”.

Un municipio de 281 habitantes, que ha ganado 43 vecinos en un año, y que cuenta con muy buenas conexiones por carretera, está cerca de ciudades como Segorbe, Sagunto o València y además tiene fibra, internet 5G y cuenta con peluquería, establecimientos de hostelería y un ultramarinos que se está modernizando y ampliando para ofrecer mayor variedad de productos.

“Si tienen ganas de trabajar y vivir aquí nosotros estamos con las puertas abiertas”, ha indicado Arenes, quien ha explicado que, además de los “nómadas digitales”, que tendrían en El Toro un lugar rodeado de naturaleza para vivir, “profesionales como fontaneros, obreros o electricistas” tendrían una gran cantidad de trabajo. EFE

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