Los charrancitos comunes (les mongetes) vuelven a criar en el Mijares 32 años después
El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la
Desembocadura del río Mijares formado por los Municipios de Vila-real,
Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana
advirtió la presencia de múltiples parejas de charrancitos comunes (Sternula
albifrons) en la playa de les Goles con sus nidos y huevos camuflados entre las
piedras y últimamente múltiples polluelos. Se trata de una noticia muy
importante, ya que esta especie de charrán no criaba en la desembocadura del
río Mijares desde hacía 32 años conforme el registro del Banco de Datos de
Biodiversidad de la Generalitat Valenciana.
Además de esto, va a ser la primera vez que lo hace
desde el momento en que existe el Consorcio río Mijares que vela por la
conservación del paraje fluvial protegido. Su presencia se ha podido advertir
merced al desarrollo del proyecto «Renaturalización de Playas para el Corriol
Camanegre (Chorlitejo Paatinegro)» promovido desde dos mil veinte por la
Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y donde asimismo participan
desde dos mil veintiuno el Consorcio río Mijares y el Municipio de Almassora.
Con el desarrollo del proyecto se están cumpliendo actuaciones de restauración,
claves para la mejora de las poblaciones de aves nidificantes en las playas.
Una especie
protegida y amenazada
El charrancito común (les mongetes) es el más
pequeño de los charranes. En el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna
Amenazadas aparece como vulnerable, al paso que la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza considera a la especie como prácticamente
amenazada. En la Comunitat Valenciana se trata de un ave nidificante
puntualmente a lo largo del litoral. Primordialmente, hace los nidos en el
suelo rodeado de flora no demasiado espesa, en playas de deltas y saladares de
las principales zonas húmedas de la geografía valenciana.
Conforme SEO/BirdLife, la población de este charrán
en España es una de las más esenciales en el campo Europeo. Su población
nidificante en la Comunitat Valenciana ha sido de unas cuatrocientas parejas de
media desde los años ochenta, mas ha pasado de máximos superiores a las
quinientas parejas en mil novecientos noventa y cinco, a mínimos bajo las
trescientas parejas en los últimos tiempos, comprobando que es una tendencia
negativa como en el resto de especies de charranes.
La principal localidad de cría se halla en las
salinas de Santa Pola, donde sostiene efectivos superiores a las doscientas
parejas, con una ligera tendencia recesiva. La segunda localidad en relevancia
se halla en la Albufera de Valencia, donde la especie ha llegado a contar con
doscientas parejas, favorecidas por la regeneración de la reserva del Racó de
l’Olla en mil novecientos noventa y tres. No obstante, sus efectivos han mostrado
una tendencia decreciente acusada, situándose últimamente bajo las cien
parejas, muchas de las que instalaron sus nidos dentro del puerto de València,
en superficies no empleadas del espigón Príncipe Felipe. La localización más
próxima donde ha criado la especie con respecto a la playa de les Goles, si
bien de forma escasa, es en El Prat de Cabanes-Torreblanca en mil novecientos
noventa y cuatro.
Molestias que
terminan con la reproducción
Si bien se trata de una especie poco exigente, no
acepta molestias en sus colonias de cría, como puede ser las causadas por
usuarios de las playas poco respetuosas con las zonas acotadas. Además de esto,
se une la perturbación del paisaje litoral y la destrucción de los sistemas
dunares, ocasionando una falta de opciones alternativas de nidificación que
limitan el aumento/mantenimiento de su población.
Estos hechos han derivado en el abandono de muchas
zonas de playa donde de forma tradicional nidificaba. Esto se agudiza por el
hecho de verse apartado por otras especies de charranes y gaviotas que
nidifican en los lugares con las mejores condiciones de conservación. Los
charrancitos comunes que han sacado adelante sus puestas en la playa de les
Goles del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares precisan algo
supuestamente tan fácil como es calma, eludir las molestias de los bañistas en
las zonas acotadas, respetar las distancias con las empalizadas y sobre todo
supervisar la presencia de perros en la playa que puedan truncar el futuro de
una nidificación esencial para la biodiversidad del paraje fluvial protegido.
Por eso el Consorcio río Mijares, a través de el
Servicio de Guardería Rural y los técnicos del Consorcio, ha efectuado una
vigilancia pormenorizada desde principios del mes de junio. El seguimiento se
ha efectuado diariamente a la primera hora de la mañana y última de la tarde
cuando es más frecuente la presencia de personas con perros por la playa de les
Goles. El Equipo de Seguimiento de Fauna de la Consejería de Transición
Ecológica determinó al comienzo de la detección de los charrancitos comunes la
actitud que mostraron dos parejas en lo que se refiere al comienzo de dos
puestas, una de dos huevos y la otra de 3.
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